sábado, 9 de noviembre de 2013

TESTAMENTO EN VERSO

 MI TESTAMENTO
Quiero el día que yo muera
poder donar mis riñones,
mis ojos y mis pulmones.



Que se los den a cualquiera.
Si hay un paciente que espera
por lo que yo ofrezco aquí
-espero que se haga así-
para salvar una vida..
Si no puedo respirar,
que otro respire por mí.

Donaré mí corazón
para algún pecho cansado
que quiera ser restaurado
y entrar de nuevo en acción.

Hago firme donación
y que se cumpla confío
antes de sentirlo frío,
roto, podrido y maltrecho
que lata desde otro pecho
si ya no late en el mío.

La pinga la donaré
y que la den a un caído
que levante poseído
el vigor que disfruté.

Pero pido que después
se la pongan a un jinete,
de esos que les gusta brete.
Eso sería gran cosa
yo descansando en la fosa
y mi pinga dando fuerte

Entre otras donaciones
me niego a donar la boca.
Pues hay algo que me choca
por poderosas razones.

Sé de quien en ocasiones
habla mucha bobería;
mama lo que no debía
y prefiero que se pierda
a que un Senador de mierda
mame con la boca mía

El culo no lo donaré
pues siempre existe un confuso
que pueda darle mal uso
al culo que yo doné.

Muchos años lo cuidé
lavándomelo a menudo.
Para que un cirujano chulo
la dicha transplantación
la haga en Diputación 
y muerto me den por culo.