domingo, 26 de octubre de 2014

Depósito de agua del "TESO DE LOS CAÑONES"


El barrio de Los Pizarrales  en Salamanca, se volcó a principios de los 60 para llevar el agua a sus casas.
La historia de Pizarrales es un ejemplo de solidaridad. La misma que demostraron los vecinos de un barrio cansado de que las administraciones salmantinas de principios de los 60 hicieran oídos sordos a necesidades tan básicas como tener agua corriente en su casa.
Todo un ejemplo de superación se produjo a principios del año 1962, cuando la gente de Pizarrales, que en aquella época contaba con 11.000 habitantes, tan solo disponía de los caños y lavaderos que se encontraban junto a la Iglesia Vieja del barrio para disponer de agua. Ante la falta de ayuda de las administraciones, los vecinos deciden en ese momento ponerse manos a la obra que llevaría, por fin, el agua corriente hasta sus casas. Un gran trabajo que realizaron a pico y pala y pagándolo de sus propios bolsillos.
Ante la determinación de los vecinos, la Junta Parroquial de Asuntos Sociales decide tomar las riendas para canalizar los esfuerzos de todo el barrio ante el gran reto que tenían por delante: abrir una gran zanja de 2.200 metros desde el depósito de la Chinchibarra hasta el Teso de los Cañones de un metro de profundidad y 60 centímetros de ancho. Dentro tendría que ir la tubería que llevaría el agua, aunque para ello todavía habría que trabajar mucho.
Fueron necesarios unos 1000 vecinos en turnos de 200 y 300 personas que además tuvieron que costear la obra, un millón de pesetas, poniendo cada uno 1300 pesetas "de la época".
Durante un año tuvieron que picar, pero finalmente el esfuerzo invertido dio sus frutos y por fin un gran día, el 6 de Octubre de 1963 se inauguraba el depósito del Teso de los Cañones.