domingo, 8 de marzo de 2015

Leyenda de la Playa de las Catedrales (Lugo)

Si alguna vez te quedas con los pies anclados en la arena contemplando cómo se abren y se cierran los pasadizos secretos donde, según se dice, duermen los hombres que el mar retiene hechizados en su abrazo de espuma, recuerda que estás bordeando el mayor de los misterios.
Cada día, o cada noche, nunca a la hora prevista, nunca a la hora exacta, las aristas del umbral se iluminan de soles o de lunas. Ese es un momento mágico en el que, según la leyenda, se podría predecir el futuro y recuperar el pasado.
Y dicen los viejos marineros que en las horas más oscuras, en las noches en las que la luna desaparece , unos puntos brillantes marcan los límites y el centro de esa puerta, y que son los ojos verdes de las sirenas que iluminan desde siempre, desde todos los tiempos, los senderos del mar de regreso a casa.
Y cuentan que si cuando el limite más bajo de la marea coincide con el momento en que el sol  empieza a descender por el horizonte estas frente a esa puerta, puedes pedir un deseo por que ese es el momento en que los dioses están más cerca de ti y mas solícitos a lo que puedas pedirles.
Si alguna vez llegas hasta esa puerta, hasta ese lugar de la costa que marca la división de los dos mundos, descubrirás que el tiempo no tiene más medida que el ritmo de las mareas o el color del horizonte.


La playa de Las Catedrales (en gallego: As Catedrais) es el nombre turístico de la Playa de Aguas Santas (en gallego: Praia de Augas Santas), situada en el municipio gallego de Ribadeo (parroquia de A Devesa), en la costa de la provincia de Lugo,  sobre el mar Cantábrico. Está a unos diez kilómetros al oeste de la localidad de Ribadeo. Es conocida por este nombre debido a la apariencia de sus acantilados. Está declarada Monumento natural por la Consejería de Medio Ambiente da Junta de Galicia.